XVI Encuentro de la Red de Oficinas de Congresos de Universidades y Fundaciones Universitarias

Colegio Arzobispo Fonseca

En este imponente edificio, joya del Renacimiento español, destaca en primer lugar la portada de 1529, coronada por el gigantesco medallón del apóstol Santiago en la batalla de Clavijo. A ambos lados del zaguán de bóveda de crucería se encuentran, respectivamente, el actual salón de la chimenea (antigua aula magna o paraninfo) con su hermoso artesonado, y la capilla que alberga el retablo de Berruguete y el sepulcro del arzobispo fundador. El patio es todo un prodigio de equilibrio, uniformidad y mesura, alrededor del cual se asientan las cuatro partes del edificio, de dos plantas cada una, comunicadas por dos escaleras que dan acceso a los dormitorios.

En 1827 el Colegio acogió por primera vez a los clérigos irlandeses, si bien a partir de 1830 tuvieron que abandonarlo para poder llevar a cabo reformas de cierto calado en el edificio. Por esa época se decoró con las pinturas actuales el salón rectoral, con evidentes reminiscencias neoclásicas en sus emblemas, pilastras simuladas y alegorías. En 1838 regresaron los irlandeses al Fonseca, donde permanecerían hasta el verano de 1936. El inicio de la Guerra Civil los sorprendió en su casa de retiro de Asturias. Desde allí retornaron a Irlanda y solamente se quedó en Salamanca durante un tiempo el rector. Durante la Guerra Civil, y en concreto, de junio de 1937 a mayo de 1939, el Colegio fue la sede de la embajada alemana.

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